martes, 16 de junio de 2015

Hoy lloré la muerte de Cerati

No, no es un relato de ciencia ficción contado en primera persona y en clave biográfica. No se extrañen los más allegados. Es simplemente eso que dice el título. Va este texto porque no podía publicar solo un título.

Esto no es un homenaje ni el acto complejo de admitir lo negado sobre lo negado. Es solo un reconocer algo cuando lo siento. Mi sensibilidad de escritor, enterrada entre kilos y kilos de carencias emotivas que he cultivado durante años, se escapa cada tanto de su encierro en el sótano de lo que fui. Nunca sale del todo, pero las pocas plumas suyas que se filtran por la puerta-trampa de esa cárcel a veces caen en la correcta y oportuna corriente de aire que las puede traer hasta acá, a este punto donde uno ya no se reconoce.

Saber cuándo perdimos, agachar la cabeza, asumir que supe amar mucho, que le tengo miedo al después, que todas esas cosas y que lo que se fue y ya no vuelve, se fue, y ya no vuelve.

Bo, gurises, la barra de Jaure: hoy lloré la muerte de Cerati. Alguien que me lo explique, por favor...

Boca ancha nunca se calla (2015)

martes, 21 de abril de 2015

- - - Espacio contratado por Mitomanía - - -

Hoy me vendí, pero lo hice por una buena causa, por un bien mayor al de mantener un blog en funcionamiento. Mitomanía (exitoso programa radial-online del cual formo parte) me convenció de utilizar esta bondadosa plataforma para poder subir una imagen que las redes no están digiriendo de la mejor manera. 

Cartel promocional del día en que se presentó el documento que se ofrece en este artículo.
En resumidas cuentas, se trata del análisis de la charanga emitida el día 20 de abril de 2015 en el programa de #MitomaníaCodicia: "El bum bum", de Carlos La Mona Jiménez.

De paso, les canto las redes y formas de conocer más de esta porquería maravilla de programa:
En Facebook: Mitomanía
En Twitter: @mitomaniaradio
En SoundCloud: Mitomanía
Y el TuneIn de Mediarte, nuestra actual casa (y su página web, mediarte.com.uy).

Proyecto de tesis: "El bum bum", de Carlos "La Mona" Jiménez
(si hacen click en cada parte se ve más grande y hasta menos feo)







Los tamaños quedaron como mi rostro, pero bueh, nadie dijo que la vida fuera sencilla, manga de quejicas.



viernes, 16 de enero de 2015

En el nombre del Anonimato - Un perro

Ahí lo vemos, todos lo vemos, allá va, pasando entre la gente impertérrita, el Anonimato. No tiene nombre y nadie parece reconocerlo, pero todo el mundo lo conoce. Como un espectro entre la multitud —lo que es casi de por sí un lugar común para ese vínculo, poéticamente hablando— mantiene un paso de vagancia que no se altera ni distrae con el entorno. Él va. 

La vista al frente, a veces cabeza gacha y reducidos al mínimo permitido por la propia dignidad los ocasionales pispeos laterales, el Anonimato va. Quienes reparen distraídamente en él —como quien siente sin saberlo el tufo de la Muerte— le darán la espalda o mirarán en la dirección opuesta, cumpliendo con la parte que les toca para mantenerlo como es, anónimo e ignorado, pero familiar. Es como cruzarse con alguien que fuera de confianza en un pasado mejor y lejano (como corresponde al pasado), sentir que hay que saludarse por compromiso o por rendir pleitesía a algo que ya no está, y generar espontáneamente el mutuo acuerdo de ignorarse mano a mano, hacerse los nunca vistos, el pasado estuvo ahí y en el futuro no estaremos. 

Podría suceder (y más de muchas veces sucede, de hecho) que el Anonimato haga cuerpo en un perro. Los más crédulos dirán que ja ja, que qué disparate, que los perros siempre son anónimos e ignorados a menos que sean todo lo contrario, nóminos y famosos, como Uggie, el canis lupus familiaris que causó revuelo de flashes y notas tras competir por un premio Oscar en 2012 gracias a su participación en la película The artist. Digan lo que quieran, yo vengo a traerles la prueba gráfica de que pisan en falso. 

Mi foto de este día trae al Anonimato emperrado, y además captura la esencia física del perro anónimo en general, con su actitud de soledad rodeada de gente. Yo lo vi, porque siempre estoy viendo a los perros. También me pasa seguido que los perros me ven, o mejor dicho me miran, pero eso es toda otra historia. A su vez este perro de la foto no es tan anónimo para mí, puesto que es en pinta y de cola a hocico el propio Gaspode. Para quienes no lo conozcan, Gaspode es un perro que coprotagoniza o participa secundariamente en varias de las historias de Mundodisco, de Terry Pratchett, gran escritor inglés y creador de ficciones (o sea, creador de otras realidades).

Por acá, más información sobre Mundodisco y Terry Pratchett. Y el sitio oficial de Pratchett y sus libros.

Y por acá abajo, la foto:


Gaspode, el perro anónimo (2013) - Lo verás pasar, y quizás lo ignores. Pero si él repara en ti, seguro que no podrás evitar responder positivamente al inexplicable mandato que resonará en tu cráneo (¿Alguien me habla? ¿De dónde viene esa voz?) e impondrá en un persuasivo susurro: Anda, sé bueno. Dale una galleta al perrito, ¿si?


Dedicado a Seymour Diera, el perro que olía a perro mojado, aunque estuviera seco.